En nuestro viaje al pasado minero e industrial de Aragón, hoy hacemos escala en Mequinenza (Zaragoza). Las minas de lignitos de Mequinenza han sido de gran importancia en nuestra región, y tienen muchas singularidades que os iremos contando en los próximos meses. Javier Rodes, desde esta localidad zaragozana, nos envía información sobre las minas y la particular forma de portear el mineral. Hablamos de los llauts, embarcaciones para el transporte fluvial del lignito Ebro abajo.
En el periodo de explotación de las minas (finales del siglo XIX hasta mediados del XX), las comunicaciones terrestres de Mequinenza eran muy complicadas. Y obligaron a que el Ebro se convirtiera en una verdadera autopista fluvial. Los llauts eran unas embarcaciones tradicionales cuya eslora podía alcanzar los 20 metros y su capacidad de carga un máximo de 30 toneladas. Fueron los encargados del transporte fluvial del lignito que se extraía de las minas mequinenzanas Ebro abajo, hacia Tortosa o Fayón.
La corriente del río Ebro era la fuerza utilizada durante los viajes de bajada, mientras que cuando se realizaba el trayecto inverso ascendiendo el curso del Ebro se utilizaba la tracción -humana o animal- en el conocido como “Camino de Sirga”. Los sirgadores tiraban de la embarcación a través de la sirga desde los caminos de ribera para hacer remontar la embarcación. A partir de 1920, se sustituyó por la tracción animal de las mulas.
La gran demanda producida durante la Primera Guerra Mundial de los lignitos mequinenzanos comportó la creación de grandes flotas de llauts en el Ebro. En 1920, la Carbonífera del Ebro S.A. contaba con 46 embarcaciones y la Sociedad Explotadora de la Mina Previsión con otras 19. En la imagen, el llaut “Aragón” remontando el Ebro hacia Mequinenza a vela en 1955.
Si quieres conocer más sobre el patrimonio minero de Mequinenza, puedes visitar su Museo de la Mina (ir a su página web).