¡Qué maravilla lo que estamos descubriendo con el proyecto de recuperación de las minas de Aragón! Hoy os vamos a contar la historia de una cantera histórica, aunque olvidada, localizada en Ricla (Zaragoza). José Antonio Cuchi nos ha contado la historia del jaspe de Ricla y las pilas bautismales aragonesas. Desvelamos aquí uno de los grandes misterios que ocultaban las piedras del Pilar de Zaragoza y de la catedral de Huesca (entre otros lugares emblemáticos).
Los visitantes del Pilar se suelen fijar en una curiosa roca que fue usada en algunas partes del templo, conocida como jaspe de Ricla. La podemos ver en el zócalo de gran parte del edificio y en su pila bautismal. A los geólogos siempre nos ha llamado la atención esta roca singular por su belleza, por tener una estructura rara que parece artificial y sobre todo porque ¡no hay jaspe en Ricla! ¿De dónde viene en realidad esta roca? Lo normal es que se hubiera obtenido en el entorno de Zaragoza.
Nuestros colegas José Antonio Cuchi y María Pilar Lapuente hicieron en 2016 un estudio para conocer su origen. Descubrieron que había bastantes pilas bautismales de iglesias aragonesas talladas en este supuesto “jaspe” de Ricla. Algunos ejemplos bien conocidos por todos son los de las catedrales de Huesca (en la fotografía superior) y Tarazona, las iglesias San Miguel de los Navarros y Santa María Magdalena de Zaragoza, o San Bartolomé de Calatorao y Asunción de Nuestra Señor de la Almunia de Doña Godina . Pero hay muchos más. Sin embargo, el jaspe es una roca silícea, mientras que el “jaspe” de Ricla es calizo, nada que ver.
La primera conclusión a la que llegaron los investigadores es que, de hecho, la roca nertobrigense no es un jaspe. Es una brecha de edad cuaternaria, formada por cantos de caliza negra del Jurásico como la que se explota en Calatorao. De hecho, la pista de la cantera perdida la aporto Pedro Anía, cantero de esta localidad. Esta roca provenía del monte de la Torraza, cerca de Calatorao pero en término de Ricla. Allí se pueden ver restos de antiguas labores de cantería (en la fotografía inferior). En la publicación que os podéis descargar se muestran los lugares de donde sin duda se sacaban los grandes bloques para obtener el “jaspe” de Ricla. Un lugar y una cantera simbólica y única que debería ser conservada para no perder esta parte de nuestra historia.
¡Misterio resuelto!
La referencia completa del trabajo es: Cuchi Oterino, J.A. y Lapuente Mercadal, M.P. 2016. Nota sobre las piedra de algunas pilas bautismales de las catedrales e iglesias de Aragón. Argensola 126, 97-108.
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