Dentro del proyecto de las minas olvidadas, también estamos recopilando datos de los minerales aragoneses. Hoy le toca al mineral más abundante en nuestra región, el yeso, del que hay ejemplares conocidos mundialmente procedentes de las minas de carbón de Teruel. El carbón de esas minas se formó hace más de 100 millones de años (edad Albiense), cuando los dinosaurios campaban por estas tierras. El yeso de estos carbones tiene una historia interesante que nos ha contado el geólogo Sebastián Gargallo.
Los lignitos de la Formación Escucha, explotados desde hace más de 100 años, tienen un alto contenido de minerales de sulfuros de hierro (principalmente pirita y marcasita). Esta característica ha representado un problema histórico para su utilización como material cerámico de las arcillas. Y, además, está relacionado con la lluvia ácida que produce su combustión en las centrales térmicas. El gran poder contaminante de estos lignitos ha sido una de las razones de que se haya abandonado su explotación. Pero, volviendo a nuestra historia, estos sulfuros son también el origen de algunos de los ejemplares minerales más bonitos de Aragón.
Las arcillas que componen la Formación Escucha, muy plásticas e impermeables, han permitido preservar extraordinariamente bien estos sulfuros en un medio apropiado (reductor). Pero en la explotación minera de arcillas o carbones a cielo abierto, estos sulfuros quedan expuestos y a merced de los fenómenos atmosféricos. Entonces se produce su oxidación. Cuando los sulfuros de hierro se oxidan y después entran en contacto con el agua, dan lugar a ácido sulfúrico. En minería a cielo abierto, este ácido se acumula en forma de balsas ácidas en fondos de mina. Las balsas tienen un color vinoso muy característico, por los óxidos de hierro que estas aguas ácidas ayudan a movilizar.
Pero una parte de estas aguas ácidas pueden discurrir sobre las capas de arcillas una cierta distancia. Si en el proceso topan con una litología calcárea, la disuelven, y esa reacción produce la precipitación de una sal. En el caso de las calizas, esta sal es el sulfato (procedente de los sulfuros) de calcio (procedente de las calizas), es decir ¡yeso! Es una reacción que se produce en cuestión de días, y la precipitación de estos yesos generalmente produce vistosos cristales que se pueden encontrar en casi todas las minas de arcillas o carbones del Albiense de la provincia de Teruel.
Las condiciones particulares de cada una de las minas y de su zona de localización dan lugar a la precipitación de cristales singulares. En muchas ocasiones presentan curiosos intercrecimientos, hábitos muy marcados, maclados, dimensiones exageradas… como los que se pueden ver en las fotos (las dos primeras son de Miguel Calvo, las demás de Sebastián Gargallo).
Desde el museo, queremos saber si habéis encontrado cristales de yeso así en alguna mina de este tipo o en sus proximidades. Si quieres donar alguno, ya sabes que serán bien recibidos en nuestra colección. Como siempre, podéis contactar con nosotros mediante nuestro correo electrónico museonat@unizar.es.