Las historias  sobre minas olvidadas de Aragón se nos amontonan. Seguro que muchos no sabéis que en nuestra tierra hay uranio y que durante un tiempo se planearon acciones para explotarlo. Pero empecemos por el principio.

Nuestro colega Trinidad de Torres nos puso en la pista de este tema:

“Las cenizas de la térmica que quemó el carbón de Mequinenza tienen mucho uranio, tanto que se pensó en aprovecharlo, pero están tan vitrificadas que no resultaría económico”.

Le hemos preguntado si se acuerda de la térmica en que se planificó, ya que en Mequinenza no se llegó a construir una planta para quemar el carbón. En el blog de Jesús Yuste hemos leído que durante años se quemaron los lignitos explotados por la Carbonífera del Ebro en la Central de Escucha (Teruel).

Independientemente de que las escombreras de Escucha sean a las que se refiere el Prof. de Torres, lo interesante es el uranio de Mequinenza. En la década de los 70, la Junta de Energía realizó un gran esfuerzo en la preparación de un plan nacional de Exploración de Uranio. La energía nuclear se consideraba entonces una panacea: abundante, limpia y barata. Y las centrales nucleares empezaban a proliferar en España. Así, se localizaron yacimientos significativos en Andalucía, Extremadura y Salamanca, donde afloran rocas adecuadas para contener minerales de uranio. Además, se conocía que en circunstancias singulares los carbones también podían contener cantidades significativas de uranio. El análisis de los lignitos de Mequinenza demostró que tenían suficiente uranio para ser una mena de este elemento. Llegó a publicarse en diferentes medios, Javier Rodes (museos de Mequinenza) nos envía esta página del Diario de Lérida.

El origen del uranio mequinenzano es un misterio, pero posiblemente proviene del lavado y meteorización de las rocas graníticas del Pirineo. El uranio terminaría acumulándose en los antiguos lagos donde se formaron los lignitos, que se alimentaban de las aguas de los Pirineos hace 25-30 millones de años. Este uranio nunca llegó a explotarse debido a su baja concentración: era más fácil conseguirlo en otros lugares de España.

Las investigaciones encargadas por la Junta también encontraron pequeñas cantidades de uranio en Fraga (Huesca), relacionados con los lignitos de Mequinenza, y en Épila (Zaragoza). En este caso, su origen es diferente: se encuentra como componente minoritario en las minas de cobre, en forma de minerales como la pechblenda. Pero de estas minas hablaremos otro día.

Por supuesto, si sabes algo más de estas minas o de los minerales aragoneses, ¡contacta con nosotros! museonat@unizar.es