La semana pasada tuvo lugar la trigésimo octava edición de las Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología en la que participaron nuestros becarios Talín Arbás y Juan Maíllo.
Este congreso que se celebra anualmente en distintas ciudades de España escogió Valencia como destino para 2023. Las ponencias y actividades se realizaron en el Jardí Botànic de la Universitat de València, un centro y Jardín Histórico de gran interés para la conservación de flora y el desarrollo de actividades de investigación, educación y divulgación. Además, se realizó una visita guiada al Mesozoico continental de la Comarca de Los Serranos, un área ampliamente estudiada por sus numerosos restos fósiles de vertebrados, invertebrados y plantas.
Gracias al material de las colecciones del Museo de Ciencias Naturales, Juan Maíllo del equipo Aragosaurus presentó en formato póster una investigación paleohistológica (rama de la paleontología que estudia la composición, estructura y características de los tejidos fosilizados).
Más de 220 personas se reunieron durante el congreso.
Póster presentado por Juan Maíllo.
Líneas de detención de crecimiento observadas en una de las muestras.
Esta investigación se basa en piezas extraídas durante excavaciones realizadas por el Grupo Aragosausus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, en la localidad de Ladruñán (Teruel). El material estudiado son dos fragmentos de costilla de ornitópodo, un tipo de dinosaurio herbívoro especialmente abundante en Aragón y que era capaz de caminar tanto de forma cuadrúpeda como bípeda.
El estudio consistió en realizar una estimación sobre la velocidad con la que el animal creció, en qué momento alcanzó la pubertad y cuándo murió. Conocer estos datos nos permite comprender mejor cómo vivían y se desarrollaban esta clase de dinosaurios que tanto abundan en el Maestrazgo.
Estudiar los tejidos fósiles de ambas costillas permitió constatar también diferentes propiedades, como por ejemplo los cambios que experimentaba la forma del hueso conforme el animal crecía, o que ciertas áreas conservan más datos de interés para ser estudiados. Comprender esta dinámica respecto al crecimiento óseo resulta de gran utilidad para saber en qué regiones del hueso enfocar el estudio y así dañarlo lo menos posible, pues durante la preparación de las muestras histológicas el elemento fósil debe ser seccionado.
Las líneas de detención de crecimiento quedan impresas en el hueso como los anillos de crecimiento de un árbol.
Gracias a las marcas de detención de crecimiento, se pudieron también elaborar curvas de crecimiento y descubrir que el ejemplar alcanzó la madurez sexual en torno a los 13 años de edad, y que al menos vivió hasta alcanzar los 19 años. En conjunto, esta investigación ha resultado útil para comprobar que elementos óseos como las costillas son equiparables en relevancia a los huesos largos, algo que permitirá facilitar posibles estudios histológicos de otras piezas alojadas en el Museo de Ciencias Naturales.