El grupo de investigación Aragosaurus y el Museo de Ciencias Naturales de la UZ desarrollan un proyecto de recuperación de la memoria olvidada de las minas de Aragón, por el cual recogemos la información de las minas abandonadas y las ponemos a disposición de todos los interesados. El geólogo Alejandro Lorenzo García ha realizado su TFG sobre las minas de La Pedraza en Bubierca (Zaragoza), con la dirección de la profesora Isabel Fanlo. Nos ha enviado una interesante nota sobre estas minas. Se encuentran al noroeste de la localidad de Bubierca (Zaragoza). Más concretamente, se encuentran en el paraje de La Pedraza al que deben su nombre. Estas minas son conocidas entre los aficionados a la colección de minerales debido a que es posible encontrar una gran cantidad de minerales entre los restos de sus escombreras. Disfruta con esta lectura, pero recuerda que no se debe entrar en las minas abandonadas sin el conocimiento y equipamiento adecuado. Son peligrosas.
Historia minera:
La primera mención de las minas de Bubierca se encuentra en el nº27 de la revista La Aurora minera del 5 de julio de 1851. Allí se recoge que la sociedad minera La Aragonesa Restaurada estaba explotando una mina denominada Ceres, situada en el término de Bubierca, cuya producción era galena argentífera y menas de cobre nativo y piritoso.. Sanz en 1857 apuntaba que aquella sociedad minera ponía en venta una partida de mineral de plomo con ley de plata procedente de la mina Ceres. Además, anunciaba la venta de las próximas partidas de la explotación que habían sido calculadas en unos mil quintales mensuales. Poco después, el 15 de noviembre de 1857, se publicó en el nº46 de la Gaceta de los Caminos de Hierro que la mina Ceres había comenzado la explotación a gran escala de sus minerales y la venta de los mismos a una fundición situada a menos de dos leguas de la concesión minera. La mina estuvo en explotación durante años, siendo abandonada en 1875. El motivo de su abandono parece ser la dificultad de seguir evacuando el agua del interior de la mina.
Entre 1875 y 1902 se realizaron varias peticiones de concesiones mineras en el entorno de La Pedraza (donde se habría situado la mina Ceres) como se indicaron en sucesivos números del Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza. Las concesiones se registraban como minas de plomo, cobre o hierro. En la mayoría de los casos no se llevó a cabo ninguna labor debido a que los registradores no realizaban el pago en el plazo establecido o renunciaban al poco tiempo de haberse realizado el registro. No obstante, en 1888 se registraron dos minas de cobre bajo los nombres de “Marcial” y “La Independiente” en el paraje llamado La Pedraza. En ambos casos, su registro sí que llegó a completarse y los permisos se mantuvieron hasta su caducidad en 1894. Sin embargo, no hay constancia de que llegara a haber actividad minera en la zona durante esta época.
Ya en 1956, se iniciaron los trámites del permiso de investigación “22 de septiembre”. En el expediente del permiso se puede leer que se habían planificado trabajos de calicatas, pozos y galerías, aunque la tramitación no llegó a completarse y el permiso fue cancelado. En 1972, se concede el permiso de investigación “Minas de La Pedraza”. En la memoria del proyecto que se iba a realizar queda mencionado el acondicionamiento de las labores mineras antiguas durante el primer año del permiso, aunque de nuevo no es posible determinar si se llegó a realizar alguna actividad. Finalmente, el registrador renunció a los derechos en 1977.
Descripción de las labores mineras:
Los filones afloran en dos sectores diferentes donde se concentran los vestigios de las labores mineras: sector Casa de la Mina y sector Mina de las Corzas.
En el sector mina de las Corzas aflora el primer grupo en la parte superior de una loma formada por cuarcitas y filitas de dirección 136N, 62 E. Los filones que afloran en superficie se componen únicamente de cuarzo y diseminaciones milimétricas de minerales secundarios de cobre de color verdoso. En cuanto a las labores mineras, este sector cuenta con una galería de acceso de 60 metros de longitud que se adentra con dirección 162N en la loma. La galería finaliza en una cámara de unos 40 m2 en cuyo centro se halla un pozo de planta cuadrada con más de 3 metros de lado, vertical y totalmente inundado. Aunque el fondo no se puede ver con claridad, se intuye una profundidad mayor a 8 metros. Este pozo sería el acceso hacia un nivel de explotación inferior, seguramente formado por otra galería horizontal, paralela al sistema de filones explotado, que conectaría a su vez con unos pozos o respiraderos observados en la parte superior de la loma. Estos pozos se encuentran alineados con el sistema de filones y la proyección de esta alineación corta con la cámara situada al final de la galería.
Por otra parte, en el sector la Casa de la Mina se explotó el segundo grupo de filones. Las labores mineras en este sector fueron más intensas que en el sector Mina de las Corzas, pese a no encontrar ningún acceso a una galería horizontal. Estas labores se concentran en el tramo de filitas delimitado por dos crestones cuarcíticos, donde se realizaron excavaciones superficiales al pie de la Casa de la Mina y las perforaciones de varios pozos verticales, uno de ellos recubierto de mampostería, con su fondo inundado y una profundidad superior a 90 metros. En este sector no se han encontrado filones aflorando en superficie, pero sí fragmentos de los mismos situados en las grandes escombreras.
Sector de la Casa de la Mina
Sector de la Mina de las Corzas
Algo sobre la mineralización:
El yacimiento de Las Minas de La Pedraza es un sistema de filones de sulfuros polimetálicos (cobre, plomo, Zinc) encajados en filitas del Ordovícico, formando bandas paralelas a la esquistosidad de las mismas. El sistema de filones se puede dividir en dos grupos principales encajados en diferentes niveles estratigráficos y aflorando en dos sectores diferentes.
En los restos de las escombreras mineras se pueden observar fragmentos de filones que provendrían de la explotación subterránea. Entre estos fragmentos, compuestos mayoritariamente por cuarzo, se observan masas irregulares de sulfuros primarios. La calcopirita destaca por ser muy abundante, seguida de galena y, en menores cantidades, esfalerita. Las tres fases se muestran como masas aisladas o en contacto entre ellas. También son muy abundantes los minerales de alteración como malaquita, azurita y otros minerales secundarios de cobre, junto carbonatos de zinc (smithsonita), plomo (cerusita) y hierro (siderita) y óxidos de hierro como goethita, entre otros. Además, también es habitual la presencia de fragmentos de filitas negras con filones milimétricos dispuestos entre sus planos de esquistosidad.