La semana pasada tuvo lugar la veinteava edición de la reunión de la European Association of Vertebrate Paleontologists en la que participó nuestra conservadora Ester Díaz Berenguer.
Este congreso se celebra cada año en un país diferente, y en esta ocasión ha tenido lugar en la ciudad barcelonesa de Sabadell a la que se han desplazado más de 200 paleontólogos de todo el mundo para compartir sus avances en el estudio de fósiles de vertebrados de todas las edades geológicas. Sistemática, paleobiología, biomecánica, morfología funcional y tafonomía son algunas de las disciplinas paleontológicas que se han tratado durante tres días de intensas ponencias científicas.
Nuestra compañera Ester ha participado presentando nuevos avances en el estudio del yacimiento Castejón de Sobrarbe-41. En este lugar, localizado en la comarca oscense de Sobrarbe, se han recuperado más de 800 restos de vertebrados pertenecientes a mamíferos sirenios, tortugas litorales y cocodrilos. Estudios previos de este yacimiento de edad Eoceno medio (42 millones de años) han permitido describir una especie aún cuadrúpeda de mamífero sirenio, Sobrarbesiren cardieli, entender cómo se desplazaba este animal, describir el caparazón más completo del registro fósil de la tortuga Eocenochelus eremberti, e identificar un área de desove de tortugas en las antiguas costas que inundaban el área de Sobrarbe, pero ¿cómo se acumularon todos estos fósiles juntos? Esta nueva investigación, enfocada en la tafonomía de CS-41, nos va a permitir entender los procesos que dieron lugar a la formación de este importante yacimiento.
Un evento de mortalidad en masa que terminó con un grupo de animales que se encontraban en época de cría.
Los restos recuperados en CS-41 pertenecen al menos a 8 individuos diferentes de Sobrarbesiren y representan todas las partes de su esqueleto. Aunque los sirenios son animales solitarios que no forman manadas, en épocas de frío se reúnen para dar a la luz en zonas más protegidas como las desembocaduras de los ríos. Los fósiles de Sobrarbe pertenecen a individuos perinatales, es decir, crías que ya habían nacido o estaban a punto de nacer, y a adultos muy jóvenes. Este patrón de edades nos habla de un evento de mortalidad en masa que terminó con un grupo de animales que se encontraban en época de cría.
Además, los restos son muy completos y están muy bien preservados. No existen evidencias de que fueran consumidos por depredadores, hayan sido transportados una larga distancia o permanecieran mucho tiempo a la intemperie. Sin embargo, los esqueletos están desarticulados por lo que probablemente, tras su muerte, un evento hidrodinámico acumuló los fósiles de Sobrarbesiren y de otros animales que convivían con ellos en un canal abandonado del antiguo delta de Sobrarbe.
Algunos de los fósiles que han formado parte de este estudio, como el cráneo holotipo del sirenio Sobrarbesiren o el caparazón de la tortuga Eocenochelus, pueden verse en la sala del Terciario de la exposición permanente de nuestro museo.
Fotografía del yacimiento de Castejón de Sobrarbe-41 (Comarca de Sobrarbe, Huesca)
Ester Díaz en la 20th Conference of the European Association of Vertebrate Paleontologists