En la provincia de Zaragoza hay importantes minas de sal en Remolinos, de las que hemos contado algunas historias. Pero hoy, como parte de nuestro proyecto de recuperación de las minas olvidadas de Aragón, vamos a referirnos a una mina de sal en María de Huerva (Zaragoza) olvidada para sus vecinos. La primera pista que tuvimos de su existencia fue unas fotografías y ubicaciones que nos paso Mario Gisbert del CEA (Centro Espeleológico de Aragón) de diferentes minas zaragozanas. Entre las fotos se encontraba la de esta mina, hasta ese momento desconocida para nosotros. En las fotos se podía observar una oquedad con poco desarrollo y en su fondo una pequeña laguna de agua, todo de ello cerrado por una tosca pared. Era una de esas minas olvidadas que estamos buscando.

Jesús Martin, guía local y colaborador del Museo nos puso en contacto con el arqueólogo José Ignacio Lorenzo, buen conocedor del término municipal de María de Huerva. José Ignacio nos apuntó lo que conocía: “lo que sabemos de la mina de sal de María es por tradición oral. No hay tal mina sino que es la utilización de una pequeña surgencia y su recolección en un caldero de cobre donde se decantaba la sal. Es un tipo de mina por manantial. Había un caldero de cobre para facilitar la evaporación y recogida de la sal, pero los quintos de los años 70 lo robaron para vender el cobre y hacer una merienda.” Lorenzo resalta que no ha encontrado todavía datos históricos, pero sí que vió documentación medieval del «pozo de sal» de Triste (Huesca) de similares características. También nos envío una hoja de la revista Al-Marya en diciembre del 2008 con el redescubrimiento de la mina unos años antes. Os transcribimos la publicación que firma Fermín Poyo:

“Enrique O., Antonio R., Jesús , Enrique G. Antonio C. y Fermín en su intento de redescubrir la famosa Cueva de la Sal, dieron con ella después de haber fallado en un primer rastreo. En una segunda jornada apareció en lo alto de una val y pudimos contemplar la belleza del lugar y su enclave. En su interior hay una charca de agua cristalina y puede apreciarse también la construcción de un horno, presumiblemente para con calderos de agua cocer el agua y extraer la sal. Bueno sería que alguien con conocimientos suficientes ampliará y diera a conocer sus orígenes y su historia que seguro la tiene, y merecerá la pena abundar en ella, ya que forma parte del patrimonio cultural de María. Lamentar el que colocamos unas tablillas indicadoras para su seguimiento en dos barrancos y a los diez días habían desaparecidos…”

En esta historia, nosotros aportamos un poco de la geología. La Mina de Sal de María se encuentra en una formación geológica del periodo Aragoniense (Mioceno, Terciario), por lo que podría tener unos 20 millones de años. Es un momento en el que el valle del Ebro estaba ocupado por un gran lago salino donde se depositaban yesos, sal gema y otras sales. La explotación de María debió tener un uso local. Es una pequeña fuente de aguas cargadas en sal. Se recogería el agua y se evaporaría como apunta Lorenzo en un pequeño horno cercano. La sal gema precipitada estaría dispuesta para el traslado a María y su consumo. Viendo las fotos, no parece que sea una mina producida por el ser humano, sino que la oquedad es natural, producto de la disolución de la roca durante miles de años por una pequeña surgencia de agua. Sin duda un enclave único en la estepa de María.

Detalle de la publicación de Al-Marya. Autor: José Ignacio Lorenzo

Es un lugar que se puede visitar, de hecho Jesús Martin nos ha propuesto una ruta desde María de Huerva. Se trata de un lugar único y de gran belleza que es necesario conservar. Si te acercas a verlo, disfruta de la visita, pero deja el entorno como lo encontraste. Y si sabes algo más de esta mina, nos lo puedes contar en museonat@unizar.es.

Entrada a la Mina de Sal. Autor: Mario Gisbert

Interior de la mina de Sal con la charca donde se extraía el agua salada. Autor: Jesús Martin.

Techo de la mina. Autor: Jesús Martin.