Se trata de una exposición producida por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) formada por una serie de láminas producidas por el ilustrador científico Eduardo Sáiz Alonso, que plantea una propuesta didáctica amplia, discutible y contestataria al discurso tradicional sobre la evolución humana. El objetivo es mostrar una realidad evolutiva amplia, en la que la reproducción y la supervivencia son los puntos focales para el éxito de la especie, un éxito colectivo en el que ambos sexos se complementan y en el que la tribu sostiene a sus individuos.

La interpretación convencional que se ha hecho sobre la evolución humana es un ejemplo claro de las limitaciones que, a veces, tiene la ciencia. Por una parte, debido a la escasez del registro fósil y por otra parte, la tendencia a considerar como cierto sólo aquello susceptible de estudio empírico: los objetos que fosilizan ha relegado a un segundo plano multitud de actividades humanas de enorme relevancia, sustrayéndoles la consideración que merecen. Por último, hasta muy recientemente, la Arqueología y Paleontología han sido desarrolladas mayoritariamente por hombres que, a menudo sin buscarlo, han podido obviar aspectos esenciales para la evolución, como el parto o la lactancia. Esos son los aspectos que se pueden ver en esta exposición.

José Mª Bermúdez de Castro Risueño, Joseba Ríos Garaizar y María Amor Barros del Río, han sido los comisarios científicos de la exposición, que ha visto la luz gracias a la colaboración de la Obra Social “la Caixa” y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).